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El sóftbol ha sido más que un deporte para el señor Ramiro Iglesias; ha sido una pasión y un modo de vida. Con más de tres décadas dedicadas a este deporte, su trayectoria es un ejemplo de perseverancia y amor por el juego.

Nuestro asociado ha estado practicando sóftbol durante más de 30 años. Su pasión por este deporte se originó en su juventud, cuando jugaba béisbol en la Universidad del Atlántico. Mientras estudiaba allí, tuvo la oportunidad de jugar en la categoría intermedia, y fue incluso invitado a unirse al equipo de primera categoría. Sin embargo, decidió no aceptar la oferta debido a su enfoque en los estudios en ese momento.

En 1981, su dedicación al sóftbol se consolidó. Desde entonces, Ramiro ha jugado en varios equipos, incluido su equipo actual, Barranquilla, con el que lleva 12 años jugando. "Hemos sido campeones en Medellín, en Cali, en Cartagena, en Valledupar tres veces".

En el torneo actual de Valledupar, el equipo de Barranquilla se destacó entre ocho equipos, venciendo a cuatro en forma consecutiva y llegando a la final contra Los Padres, otro equipo de Barranquilla, a quienes derrotaron 4-0. "Fue un gran partido y estamos muy contentos de haber logrado nuevamente este trofeo", nos cuenta con orgullo.  Ramiro también obtuvo el trofeo de Champions Primera Base, igual que el año pasado en Cartagena.

Ramiro no solo destaca en el campo de juego, sino también en su gratitud y aprecio por quienes han apoyado su carrera.

"Siempre he sido agradecido y por eso constantemente envío notas de agradecimiento a Fondecor que patrocina el deporte. Me siento muy contento de haber sido empleado del cerrejón y poder contar con esta ayuda del Fondo de Empleados".

Ramiro Iglesias es un ejemplo de cómo el deporte puede enriquecer vidas y crear lazos de comunidad y apoyo. Su historia es una inspiración para todos los amantes del sóftbol y para aquellos que encuentran en el deporte un refugio y una pasión.